El país de los faraones

El tema de la religión egipcia es un tema que abarca más de tres mil años de historia del Egipto faraónico, es decir, desde el período Protodinástico o Tinita hasta la época helénica con la dinastía de los Ptolomeos. Pero antes de adentrarnos en el fascinante tema de la religión nos vendría muy bien repasar algo sobre Egipto y su geografía.

Egipto, el país del Nilo

La historía de Egipto va ligada de manera muy estrecha con el Nilo desarrollándose a lo largo del mismo y adaptándose a la dinámica del mismo, o lo que es lo mismo, era un país muy dependiente de las crecidas de este majestuoso río que si sabemos escucharlo nos contaría maravillas de esta gran civilización.

El Nilo es el río más largo del mundo y uno de los más caudalosos, poder disfrutar de sus crecidas debió suponer una explosión de vida en época de los faraones, algo que hoy día es más difícil por la presa de Asuán. El Nilo recorre unos 6700km hacía el Norte, desde su lejana fuente principal, la Lovironza (Burundi), hasta llegar al delta donde muere en el Mediterráneo.

Una de sus principales fuentes es el lago Victoria, desde el cual baja (como Nilo Victoria) y después como Nilo Alberto por los lagos Kyoga y Alberto hasta su llegada a la frontera de Nibule. Tras este recorrido pasa por los pantanos del Sudd, con el nombre árabe, (según mis anotaciones), de Bahr el Jabel; continúa el viaje por Jartum con el nombre de Bahr el Abiad, aunque sea esta zona más conocida como Nilo Blanco. El Jartum se une al popularmente conocido como Nilo Azul, el cual nace en el lago de Tana situado en las montañas etíopes, el más grande de aquel país. A partir de Jartum el río es ya conocido, simplemente, como Nilo. Su flujo  fluvial riega un área -aquí viene un buen dato- aproximadamente 2.850.000km cuadrados, lo que viene a ser una décima parte de la superficie del continente africano.Todo esto venía producido por las lluvias de verano y el deshielo de las montañas lo que provocaba las crecidas anuales que ayudaron al florecimiento de la civilización egipcia.

Cuando por fin se retiraban las aguas entonces, y solo entonces, podían los campesinos sembrar el légamo. Y cada año, eso sí con el permiso de los dioses, madurar las cosechas bajo ese calor tan característico de Egipto. Es muy reseñable que más allá del nivel alcanzado por la marea, el valle es árido y la transición de los cultivos verdes al desierto esteril es repentina y un tanto brusca. Los egipcios llamaron a la franja feraz la <<Tierra negra>>, y a la desértica <<Tierra Roja>>. El desierto rojo se extiende hacia los riscos que delimitan el valle del Nilo y en otros a una zona  aproximada de 16 km, es como si marcaran la frontera de su mundo... Más allá del desierto nos encontramos el Sahara con sus 5000 km hasta llegar a la costa occidental; por el Este hay 160 km hasta el mar Rojo.

También debemos  tener en cuenta que no siempre fue el Sahara esa región desértica que ahora vemos, hace unos 20 mil años hubo una gran glaciación que llegaba hasta África que era un lugar donde abundaban la vegetación, la caza y los lagos. Pero tras la retirada de los glaciares esta riqueza de fauna y vegetación fue desapareciendo gradualmente refugiándose en las riberas del río.

Egipto presenta un singular dibujo geográfico formado por un estrecho y largo valle, entre desiertos de arena y piedras, lo que deja una pequeña franja de espacio habitable de unos 35000 km cuadrados. Desde tiempos remotos podemos hacer una distinción ya hecha por los propios egipcios: <<Alto Egipto>> (desde la primera catarata hasta Menfis) y <<Bajo Egipto>> (desde menfis hast el mar). Más al Sur, a la altura más o menos de la primera catarata, comenzaría Nubia, dividida a su vez en <<baja>> y <<alta>>, y cuyas vicisitudes históricas coinciden con las de Egipto. Como es obvio, las condiciones del país condicionaron su historia.

Por tanto podríamos considerar a Egipto como un inmenso oasis rodeado por desiertos. Destacar también que la frontera noreste era un punto débil ya que estaba abierta hacia Palestina, Siria y Asia. Aún así, en su propio territorio hay una cadena de oasis, en el desierto occidental. Gracias a las capas de agua subterráneas, las sociedades antiguas consiguieron que se convirtiera en un lugar próspero donde la zona fértil era generosa, aunque no por ello se salvara de crisis agrícolas.

El faraón y el Nilo: El faraón como institución

Está claro que el Nilo es el único río del país el cual le da vida, antes de la construcción de la presa de Asuán, se producía una crecida que fertilizaba las tierras de Egipto. Su crecida se producía de manera regular a partir de mes de julio llegando a subir hasta unos cinco metros o quizás más. Aunque hoy día parezca que esas crecidas no se producen, no es así, claro que se produce pero Egipto no le saca provecho ya que el limo choca contra la presa quedándose en el fondo del lago Nasser. Los faraones no cometieron ese error, lo que hicieron fue crear una serie de diques, canales, estanques y reservas para retener agua y distribuirla de acuerdo a las necesidades hasta que se produjera la siguiente crecida.

Para que todo saliera bien, el faraón debía realizar numerosas ofrendas a Hapy para que las aguas se desbordaran en las fechas adecuadas. Gracias a esta intervención, las cosechas eran prósperas, si no ocurría así el faraón se veía obligado a realizar una nueva intervención. Todo se debía a que el faraón, muy posiblemente conociera las leyes de la naturaleza y supiera respetarlas. Podemos ver que además, el Nilo era la "autopista" natural del país, así que nos podemos imaginar centenares de barcos navegando ya sean embarcaciones pequeñas, cargueros que transportan piedras o mercancías... Aunque conocedores de la rueda, los antiguos egipcios realizaban lo más esencial de sus transportes a través del río.

Reseñar que el faraón era considerado un representante de todas las divinidades en la tierra, aunque quien trae al faraón al mundo es su madre, es un dios su padre y como tal debe realizar el cometido de mantener Egipto en una especie de red de fuerzas creadoras. Es, por lo tanto el faraón quien da vida con su aliento, quien mantiene el orden en Egipto y mantiene la armonía.

Para gobernar como es debido el faraón debía leer y escribir perfectamente los jeroglíficos disponiendo de una magnífica biblioteca donde poder estudiar los papiros literarios y científicos. El faraón realmente no tenía libertad de actuación puesto que debía seguir un programa muy estricto. El faraón al alba, se dirigía solo a la parte más secreta del templo para despertar y rendir culto a la divinidad, la sacaba de la naos para acicalar y vestir de manera simbólica esa estatua. El momento cumbre es cuando elevaba hacía el cielo la estatuilla de la diosa Maat que era la diosa que representaba la verdad, la justicia y el orden eterno del universo. Aunque en la agenda del faraón ocupaba un lugar importante lo sagrado, también tenía una gran preocupación por la administración. Tras llegar a palacio, recibía al visir quien compartía los secretos de estado con el faraón presentándole los informes de las provincias, pero el visir hacía un resumen para presentarlo al faraón que posteriormente tomaría las decisiones. El faraón reinaba con una gran esposa real, lo cual no le impedía tener otras esposas secundarias.

La religión y la vida de ultratumba

Religión

La clase sacerdotal era bastante numerosa y se hallaba clasificada jerárquicamente. Podían casarse y su existencia no difería en exceso de cualquier egipcio acomodado; no obstante se les pedía que fueran vestidos de determinada manera, que se raparan el pelo, depilarse el cuerpo y mirar por ciertas prescripciones a fin de conservar la <<pureza espiritual>>. También hubo sacerdotisas, pero estaban relegadas a un papel secundario. Era meramente un papel representativo que acabó por convertirse en las concubinas del dios -pero no en sentido peyorativo- teniendo que deleitar al dios con sus voces y dar más solemnidad a las ceremonias públicas.

En general las funciones de los sacerdotes eran muy variopintas no sólo dependiendo de la jerarquía sino también de la época a la que nos refiramos. Los principales templos a parte de sus correspondientes ministros mayores o menores, contaban con encargados de recoger las ofrendas florales, jefe de camareros, supervisor de los graneros, ...lo que venía a significar una especie de pequeños estados dentro del estado Faraónico. Hay que destacar que con el paso del tiempo los miembros del clero llegaron a contar con grandes posesiones de tierra.

Ultratumba

Los egipcios en sus primeras etapas enterraban a sus muertos en hoyos hechos en las arenas puesto que las condiciones eran idóneas para la conservación de los cuerpos. En la creencia general imponía que el alma se presentaba en el más allá ante Osiris para ser juzgado, por lo que debía realizar una buena presentación.

Los antiguos egipcios creían, que tras la muerte había una separación del alma pero que sólo era transitoria y que al poco tiempo regresaba al cuerpo por lo que era necesario encontrar fórmulas para conservar el cuerpo. Por esta causa religiosa, el embalsamamiento fue de gran importancia en Egipto llegando a constituirse una de las más perfectas técnicas. Durante su proceso los órganos eran extraídos y colocados en recipientes donde iba representada la divinidad que se encargaba de proteger ese órgano concreto. El corazón lo dejaban dentro del cuerpo porque consideraban que era donde residía el alma y que si lo sacaban esta no podría encontrar su morada. Es de resaltar que los riñones de todas las momias están en los cuerpos y que los egipcios nunca los nombren lo que puede dar a entender que no tenían conocimiento de estos órganos.

 

Bibliografía

*Historia del Antiguo Egipto de Martin Walter (EDIMAT LIBROS)

*Los faraones explicados por Christian Jacq de Christian Jacq (Círculo de Lectores) 2002

*Revista de Egiptología Isis. (MEGAMULTIMEDIA)

WEBS

http://www.egiptologia.org.ve

http://www.aedeweb.org

http://www.egiptologia.com

http://www.geocities.com/amigosdeegipto/index.html

Imágenes recogidas del libro Los faraones explicados por Christian Jacq y de la web Venezuela Egiptológica.

Autora: Natalia Calahorro Guirado